Reflexión: las bibliotecas frente al derecho de autor colombiano

En el 2018 la Ley 1915 de derecho de autor, se actualizó y la comunidad bibliotecaria, tanto nacional, mediante el Colectivo de acción política bibliotecaria #BibliotecariosAlSenado; como internacional, mediante IFLA; se movilizó para que esta ley incluyera la perspectiva de bibliotecas, archivos y museos. Sin embargo, la Ley incluyó un artículo para revisar si esta actualización necesita mejorarse. El sector bibliotecario debería empezar a trabajar y recopilar casos que ilustren cómo podemos hacer que la Ley fortalezca la misión de las bibliotecas colombianas.

El problema de las bibliotecas frente al derecho de autor

Desde 2011 la Ley de derecho de autor se ha intentado modificar en Colombia y para las bibliotecas el panorama ha mejorado sustancialmente, cuando las bibliotecas ni siquiera se contemplaban en la actualización de dicha Ley hasta el acuerdo obtenido con la Ley 1915 de 2018, en donde varios artículos y capítulos mencionan a las instituciones culturales. Sin embargo, este es un primer paso en un camino que apenas empezamos a recorrer.

Uno de los casos recurrentes en las bibliotecas del país es el siguiente:

Soy bibliotecaria y hago collages con los usuarios de la biblioteca en los talleres que hacen parte de nuestra programación cultural, tomó fotografías de revistas y libros que tengo en la colección y quise compilar los trabajos de mis usuarios para editar un libro, pero los diseñadores gráficos de la editorial que contacté me pidieron las autorizaciones de las obras modificadas porque según ellos no puedo editar el libro. ¿Estoy cometiendo alguna acción que no debería realizar?

Otras situaciones hacen referencia a cartas enviadas por entidades como el Centro de Derechos Reprográficos, CDR, que solicita a las bibliotecas pagar una licencia por concepto de derecho de autor. ¿Debe mi institución pagar dicha licencia? ¿Acaso lo que pagamos por licencias a las bases de datos académicas que contratan las bibliotecas no cubre ya dichos costos? ¿Nos están cobrando un precio justo?

A veces, cuando estas consultas se realizan a abogados especialistas en derecho de autor o a la misma Dirección Nacional de Derecho de Autor, la respuesta puede caer como un baldado de agua fría al notar que es posible que la biblioteca esté realizando sistemáticamente acciones que podrían considerarse infracciones. ¿Acaso deberíamos cerrar servicios y ser mucho más restrictivos con la información que ofrecemos al público?

Lo que ha hecho el sector bibliotecario

El sector bibliotecario ha estado no sólo presente en los debates nacionales, sino que también ha participado en debates internacionales sobre el tema. Estas situaciones surgen porque la tarea misional de las bibliotecas es brindar acceso a la información y la ley de derecho de autor tiene como función proteger las obras de los autores y titulares. Esta tensión, entre el acceso y la protección, no sólo se vive en Colombia, sino en el mundo entero, que está buscando alternativas para cuidar los intereses de todas las partes involucradas.

En el artículo 17 de la Ley 1915 de 2018 se estableció que la Dirección Nacional de Derecho de Autor convocará cada 3 años a una audiencia pública para revisar las excepciones y limitaciones al derecho de autor. Esto quiere decir que podrían establecerse actualizaciones a la Ley para que no se afecta legalmente la misión de las bibliotecas y sus actividades puedan realizarse sin temor a cometer infracciones a la ley. Sin embargo, para llegar a ese punto se necesita recopilar casos o ejemplos para mostrar dónde la ley está fallando y dónde se podría incluir nuevas modificaciones en las cuales los autores y titulares puedan ofrecer sus obras y los usuarios y los lectores tengan acceso a ellas, con intermediarios como las instituciones culturales, sin riesgo a sentir que están haciendo algo indebido.

El futuro del debate sobre derecho de autor y las bibliotecas

Según el artículo 17 anteriormente mencionado, si la ley fue creada en 2018 quiere decir que alrededor del 2021 la Dirección de Derecho de Autor deberá convocar a audiencias públicas y todo tipo de instituciones deberían aportar casos, por ejemplo, una investigación realizada en el 2016 arrojó pruebas de algunas de las necesidades de ajustar la ley. La pregunta es ¿cómo nos vamos a organizar desde el sector bibliotecario para recopilar dichos casos y exponer nuestras necesidades?

Hay que tener en cuenta que en muchos casos aquí estamos identificando la manera de brindar acceso a obras físicas. Una pregunta que de hecho el mundo entero se está haciendo es ¿los documentos físicos y digitales deberían tratarse igualmente en términos legislativos? ¿acaso los derechos (y así mismo las restricciones) que se tienen en lo físico deberían trasladarse a lo digital? ¿qué consideraciones deberíamos tener al trabajar en el mundo de los átomos y en el de los bits?

Colombia tiene varios retos relacionados con el acceso y el derecho de autor, pero si queremos ser un país a la vanguardia, temas como la minería de texto y de datos deberían estar en nuestro panorama, así como la accesibilidad a documentos por parte de personas ciegas, sordas o con algún tipo de dificultad. ¿Qué harán las bibliotecas en un escenario donde usuarios demanden datos abiertos enlazados para proyectos de ciencia abierta?

El futuro se está construyendo y necesitamos una voz bibliotecaria que aporte a este debate. No opinar es una opción en la que otros sectores decidirán por nosotros y seguramente el futuro que nos esperará entonces puede que sea mucho más precario si no tomamos cartas en el asunto, por dicha razón, invitamos a la comunidad a leer, formarse y reflexionar sobre el tema y un espacio propicio es el Curso: bibliotecas frente al derecho de autor, Bogotá, 2019.