Discurso de agradecimiento de Edgar Allan Delgado F. en el marco del Premio Nacional de Bibliotecología Rubén Pérez Ortiz 2017-2018, categoría Vida y Obra

Buenas tardes:

Me siento muy orgulloso de estar aquí compartiendo con todos y cada uno de ustedes. Igualmente estoy bastante agradecido por haber sido considerado y finalmente haber obtenido el Premio Rubén Pérez Ortiz en la categoría Vida y Obra: es un gran honor y privilegio. Por ello agradezco al Colegio Colombiano de Bibliotecología ASCOLBI, como a todos los bibliotecarios y colegas que me han acompañado por el camino forjado en aras de la profesión.

Vienen a la memoria, los primeros pasos que, desde los casilleros de la Biblioteca de la Universidad La Gran Colombia, avancé guiado por mi mentor Aníbal Salazar Alonso, así como la maratónica carrera emprendida con la anuencia de quienes desde sus jefaturas en el campo laboral confiaron y ayudaron a labrar el camino que hoy me tiene aquí encumbrado: Moisés Pedraza Robayo, Eduardo Mendoza Varela, Myriam Mejía de Godoy, Carlos José Reyes Posada, Lina Espitaleta de Villegas, Ana Roda Fornaguera, Consuelo Gaitán, Ruth Helena Vallejo, Diana Carolina Martínez.

Igual mención para todos mis compañeros de labores en las organizaciones donde tuve y tengo la oportunidad de trabajar, sin los cuales no hubiese sido posible llegar hoy hasta esta cima.

Como no recordar también, en el campo gremial, a los coequiperos de lucha con quienes libramos infinidad de batallas convencidos, como lo seguimos, que solo desde el trabajo, el compromiso y la unión se dará lustre a la profesión, multiplicando talentos capaces, con su esfuerzo, de contribuir en la construcción de un mejor país.

Evoco además mi andar por la academia, donde junto con estudiantes, profesores y directivos le apostamos por una educación pertinente y de calidad: ¡Ah tiempos de mucha brega y no pocas satisfacciones!

Por su puesto, especial mención de gratificación les corresponde a mis seres queridos, a mis hijos Edgar Enrique, Andrés Mauricio y Ximena; a Constanza y a todos mis hermanos y demás familiares, quienes juegan un rol silencioso pero preponderante en mi vida.

En estas remembranzas no hay cabida para la nostalgia, por el contrario, solo para la alegría que se experimenta haber podido participar, desde bambalinas, en la tarea de izar cada vez más en alto lo que encarna la noble profesión del bibliotecólogo.

Nuestro trabajo está aún lejos de concluir, sin embargo, lo alcanzado ha marcado la diferencia en muchas personas y comunidades: sigamos adelante con más ahinco y dedicación que nunca.

¡Reitero mis agradecimientos y manifiesto sinceramente lo gratificado que me siento!

Por último, quiero dedicarle este premio a mis padres en especial a mi madre quien desde las alturas debe estar plena de orgullo y presta a compartir celestialmente esta noticia.

Edgar Allan Delgado F.
Mayo 10 de 2018
Bogotá DC, Colombia